Relatos

Hoy hemos visto un rayo de luz en medio de la pesadilla... Después de más de 40 días los niños han vuelto a salir a la calle, al menos donde yo vivo timidamente, con miedo, manteniendo una prudente distancia con otros niños que miraban con curiosidad desde el otro lado de la calle... Plazas en las que la hierba se había hecho la dueña, de nuevo han sentido pequeñas pisadas, patinetes rodando, balones botando y en general, risas acalladas durante tantos días por tantas muertes... Y muertes, las muertes hoy han bajado de 300, por primera vez en muchos días... Parece algo nimio, 300 muertos son aún muchos, pero las matemáticas son así de cabezonas, y antes de alcanzar el 0 tenemos que pasar por 200 y por 100.... ¡Ojala lo consigamos muy rápido y sin dejar muchas más vidas por el camino!

Más de un mes aislado del mundo. Ayer estuve comprando en un supermercado y comprobe como, esa bulliciosa y zarandera Andalucía, era capaz de guardar una larga cola en silencio, con distancia y sin tocarse mutuamente... Parecía estar en un supermercado alemán, pero estamos rompiendo tópicos y demostrando que cuando es necesario sabemos dejar la irreverencia y jolgorio a un lado.

Otro día más, ¿cuantos van ya ? Debe ser cerca de un mes, ya he perdido la cuenta de cuando empezó todo. Hace unos meses, lo veíamos tan lejano, eran los chinos los que tenían un problema, China está muy lejos, esto no va con nosotros, y si mueren unos pocos chinos ¿que más da? Si lo que sobran en el mundo son chinos. No nos preocupaba. No tardo tanto en llegar aquí, cuando nos quisimos dar cuenta los muertos eran los nuestros, ya si nos importaba, ahora no nos daba igual, De forma pacífica y ordenada, pero con el miedo en el cuerpo, empezamos a acaparar comida y a encerrarnos. Ahora sólo salimos para ir al supermercado, para comprar comida, y la rutina se repite día a día. Sólo cambia un poco esos días que sales, vuelves con miedo de traerlo, te quitas la mascarilla (ya me quedan pocas), tiras los guantes, te duchas y toda la ropa va a la lavadora, limpias cada uno de los botes que has traido, tiras las bolsas, … ves el virus en cada doblez de la bolsa

Miedo… miedo a un ser diminuto que se esconde entre la saliva… miedo a tenerlo ya en tu cuerpo y que se lo pases a quien quieres… Nos ha tocado vivir en una época de miedo azuzado por los agitadores de estadísticas, los que cuentan cada muerto y los acumulan en gráficos que escalan las montañas, olvidándose de enseñarnos otros gráficos más alentadores, como el de curados, o el de contagiados activos. Miedo a la enfermedad, miedo a perder el empleo, miedo a perder a los tuyos, miedo a no tener que comer, miedo a no tener un mañana… Y en medio de tanto miedo vemos como surgen héroes, grandes o pequeños, que en su día a día nos enseñan un rayo de esperanza… Entre la desesperanza por la pequeñez de los politicos, por las luchas intestinas, en los que los muertos son sólo estadísticas arrojadizas, vemos a las costureras haciendo mascarillas para proteger a los mayores y a los enfermos crónicas, a las fábricas que tornan de fábricas motores contaminantes, dest

Después de casi un mes de confinamiento, seguimos sin ver la luz al final del túnel. Los números parecen mejorar, y baja el número de muertos y contagiados diarios, pero aún son muchos. Cada vez son más palpables los efectos en la economía, y cada vez parece más incierto el futuro. ¿cuanto tiempo puede aguantar un restaurante, una peluquería, una tienda de muebles, etc cerrado y sin ingresos? ¿Y que pasará cuando podamos salir? ¿Vamos a lanzarnos en masa a los bares¿ ¿O seguiremos con el miedo metido en el cuerpo e iremos menos que antes de esta crisis? Lo peor de todo son los políticos, de todos los signos. Ya están con sus cálculos políticos, contando los muertos para su beneficio. Los ciudadanos no necesitamos ahora sabandijas pensando en cuantos votos van a ganar o perder, sino lideres que se unan para sacar adelante al país.

Al fin la maldita curva parece doblegarse, aunque aún no sabemos cuantos días más estaremos encerrados en casa. Hoy he visto una película, en la que al final le dicen al protagonista "la realidad es lo único real", y esa obviedad encierra multitud de mensajes. Uno, el dirigido desde la película a los que quedan atrapados en los mundos virtuales de los videojuegos, olvidando a la familia, amigos y vecinos. Otro, lo estamos viendo en estos días, esta desconexión del trabajo, de la vida frenética que llevamos en la que sólo vale quedar por encima de tú compañero, que no es más que tú enemigo en el juego, nos ha dejado reconocer la realidad, pasar más tiempo con tus hijos, con tú pareja, contigo mismo... Pero la realidad también es múltiple, y depende de los ojos con los que la mires y de los actos que vayas realizando. En los últimos 22 días he salido lo menos posible, sólo una vez en semana para comprar y cada dos o tres días para tirar la basura, pero hasta hoy no he visto

Quince días ya, y aún no vemos cuando podría acabar esto... Posiblemente necesitemos un mes más de aislamiento para poder controlarlo, pero nadie tiene una bolita de cristal para asegurarlo. La único bueno de esta situación es ver la cantidad de gente que se vuelca en ayudar a los demás de forma desinteresada, pero también vemos las alimañas que prefieren defender la economía alegando que esta epidemia "limpiara" a la sociedad de los débiles y costosos ancianos. Vomitivo, y más vomitivo ver a lideres políticos defender esta idea (en otros paises si, pero no tan lejos de aquí,...) Espero que cuando todo esto pase anotemos en que lado estuvo cada uno...

No soy político ni médico, por lo tanto no se si voy a decir una barbaridad, pero ¿de verdad hace falta este aislamiento tan bestial? La destrucción económica va a ser enorme, hay un sinfin de empresas anunciando ertes (por ejemplo la que yo trabajo va a empezar a negociarlo). Pero peor va a ser para los pequeños negocios, los trabajadores por cuenta ajena, con un poco de suerte, sólo pasaremos unas semanas o meses en el ERTE y después volveremos a la normalidad, pero ¿un bar cerrado un mes? ¿una merceria? ¿una tienda de ropa de barrio? ¿Como remontan esta crisis? Está claro que todo el mundo ha infravalorado a este virus, porque el problema no es la mortalidad que tiene, sino que en un corto periodo de tiempo nos puede afectar a todos desbordando la sanidad de cualquier país (en unos antes y en otros después) En fin, después de 9 días el animo no está mejor, porque ya se que al menos nos quedan otros 21 días, al anunciarse hoy la ampliación del estado de alarma.

Hoy están mejor los animos (los mios), pero quizas sólo porque me voy acostumbrando a la situación. Los infectados siguen creciendo, la bolsa cayendo y perdiendose empleos. Las fronteras se van a cerrar. El impacto que va a tener esto en nuestras vidas aún no somos capaces de medirlo. No será hasta dentro de muchos años que veamos como va a cambiar esto nuestras vidas. ¿Volveremos a vivir alegremente? ¿Salir a pasear, comer fuera, tener vacaciones? Sólo dos días y cada vez está todo más negro. En fin, lo esperable es que durante varios días todo vaya a peor, esperemos que pronto se invierte la tendencia.

Hacía tiempo que no escribo y necesito hacerlo para descargar la mente, y sólo es el primer día. Aunque este acostumbrado a hacer una aislamiento, por la delicada salud de mi hijo, no estoy acostumbrado a ver como toda la sociedad lo hace a una (bueno, excepto exepciones de algunos irresponsables), ni a hacerlo enmedio de una incertidumbre económica y social como la que tenemos en este momento. Esto lo refleja muy bien una frase que escuche ayer antes en la calle antes de empezar el aislamiento, "no nos va a matar el coronavirus, pero si el hambre". Esta claro que esto va a tener un impacto económico para muchas personas, practicamente para toda la población, y que el que no sienta el impacto estos primeros días, porque es una de las pocas profesiones que puede seguir trabajando (porque sea de un sector estratégico o pueda teletrabajar) lo sentirá más adelante por la ralentización de la economía. Hay quien dice que cuando esto pase nos tenemos que ir todos a consumir